Ha de ser arduo controvertir la monumental importancia que tiene la obra de Silvio Rodríguez en la cultura latinoamericana. A la fecha son muchos los cantantes profesionales que han interpretado una o más de sus canciones, y resulta al menos curioso el caso de aquél que juzgó de provecho remendar Supón (Canción del torpe).
Originalmente, la primera estrofa de Supón dice:
Algún o alguna mercadotecnista medioapreció la belleza de la canción y antes de confiarle sus inversiones objetó:
Quizá la motivación para acometer semejante cataplasma radique en el juicio (o prejuicio) de que un día de trabajo en un entorno de producción agrícola resulta demasiado impropio, y menos refinado que "una mañana de domingo junto al mar", para un encuentro amoroso. Además, difícilmente una estrella descendería a tierra con los mortales al reconocer que ha recibido una sanción; bien distinto es "hacer disparates" respecto a pisar un surco de tierra para el sembrado y ser sermoneado por ello.
La estrofa final de la canción dice:
En la primera sustitución infligida a esta estrofa, el moderador o la moderadora evitó sutilmente la mención de un hábito reprobable para las costumbres buenas. Menos sutil resulta el relevo de la frase "por agotar" para ser reemplazada por "a la perfección", puesto que más allá del grave desbalance fonético, el cambio bien constituye una emblemática muestra del ideal conservador que opone lo inerte ante lo dinámico, y no se halla en un entorno crítico.
El autor de Supón comenta generosamente en el siguiente video dicha pieza:
Habrá quien diga que la forma original de la canción es vulgar; y como vulgo es pueblo, ¡menuda honra para el pueblo tener artistas como Silvio codo a codo!
Es preciso comentar que el nombre del que abandera la versión modificada es Diego Verdaguer.
ACTUALIZACIÓN:
Mil gracias a Pepetón por detectar y anunciar la equivocación cometida al cambiar la palabra "agotar" por "agregar". Está corregido el error.
Originalmente, la primera estrofa de Supón dice:
Supón que en un trabajo productivo
te encuentro en tu pañuelo singular
y luego de ese instante decisivo,
supón que no te dejo de mirar
Supón que tanto tu fulgor persigo
que aplasto un surco y tengo mi sermón,
que corto un fruto tierno, que me olvido
de mi sombrero bienhechor
y no reparo en el calor
de la hora en que se prende el sol;
supón que agua al fin te pido
y supón que ya eres mi canción
Algún o alguna mercadotecnista medioapreció la belleza de la canción y antes de confiarle sus inversiones objetó:
Supón que una mañana de domingo
te encuentro caminando junto al mar
y luego de ese instante decisivo,
supón que no te dejo de mirar
Supón que tanto tu fulgor percibo
que pierdo por un rato la razón,
que hago disparates y me olvido
de mi sombrero bienhechor
y no reparo en el calor
de la hora en que se prende el sol;
supón que agua al fin te pido
y supón que ya eres mi canción
Quizá la motivación para acometer semejante cataplasma radique en el juicio (o prejuicio) de que un día de trabajo en un entorno de producción agrícola resulta demasiado impropio, y menos refinado que "una mañana de domingo junto al mar", para un encuentro amoroso. Además, difícilmente una estrella descendería a tierra con los mortales al reconocer que ha recibido una sanción; bien distinto es "hacer disparates" respecto a pisar un surco de tierra para el sembrado y ser sermoneado por ello.
La estrofa final de la canción dice:
Supón que la fortuna es nuestra amigay también fue merecedora de moderación:
y que de tres a cinco puede ser
Tu padre parte, fumo yo en la esquina
La puerta, contraseña y tú, mujer
Supón que entro y que nos abrazamos
Supón que todo está por agotar:
es la primera vez que nos amamos
Pero supón que hablo sin parar,
supón que el tiempo viene y va,
supón que sigo original
Supón que no nos desnudamos
y supón que ya eres mi canción
Supón que la fortuna es nuestra amiga
y que de tres a cinco puede ser
Tu padre que se aleja por la esquina
La puerta, contraseña y tú, mujer
Supón que entro y que nos abrazamos
Supón que todo está a la perfección
es la primera vez que nos amamos
Pero supón que hablo sin parar,
supón que el tiempo viene y va,
supón que sigo original
Supón que no nos desnudamos
y supón que ya eres mi canción
En la primera sustitución infligida a esta estrofa, el moderador o la moderadora evitó sutilmente la mención de un hábito reprobable para las costumbres buenas. Menos sutil resulta el relevo de la frase "por agotar" para ser reemplazada por "a la perfección", puesto que más allá del grave desbalance fonético, el cambio bien constituye una emblemática muestra del ideal conservador que opone lo inerte ante lo dinámico, y no se halla en un entorno crítico.
El autor de Supón comenta generosamente en el siguiente video dicha pieza:
Es preciso comentar que el nombre del que abandera la versión modificada es Diego Verdaguer.
ACTUALIZACIÓN:
Mil gracias a Pepetón por detectar y anunciar la equivocación cometida al cambiar la palabra "agotar" por "agregar". Está corregido el error.
Comentarios
No me acordaba de estas "correciones" a Supón.
Gracias por tus precisos aportes a Segunda cita.
silvio
Por favor sé bienvenido, aunque como ves, hace mucho que ya estás aquí.
buenísimo blog, héctor, desde ya comienzo a leerte!
te escribió Silvio???????
uffffffff sublime!!!!!
Agradezco tu interés y veo que la afluencia ha crecido un poquito; creo que necesito espabilarme y darle un tanto más a Lo que implica.
Además, de que Silvio se aparece por acá me apremia el decoro.
Ya te estoy devolviendo la visita...
Con mi sombrero, sí, con mi sombrero. Fíjate que compraba dos boletos para el metro. "Dos", le digo a la boletera, "deme dos de los que valen tres." Y que me gano una sonrisa y una mirada a los ojos, insoportable, por bella. ¡Si no es por el vidrio, la muerdo, a esa mujer!
Ya luego, entro Allá, miro lo que miré, y vengo como ya ves.
Empecé por arriba, bajé y encontré al hijo del señor Dagoberto cantando Supón. Leí, arranqué el poema para pegármelo en la memoria, y luego me decidí a dejar algo. Y zaz. Felicidades.
Bueno, Supón y Supón dos: rubíes, zafiros gemelos ¿no?
Eso es lo que quería decir, que como ves, es muy poco, y debes borrarlo.
Tienes entrada allá, en el nido número 777.
Y gracias por ser biólogo. Las águilas respetamos y alabamos ese tipo de decisiones que sé que no son fáciles.
Estoy por publicar una entrada sobre los ajolotes. Ahí hay una lucha.
"¿Biólogo, qué es eso?"
Verdaderamente, hermano de Cita, aprecio mucho su visita y su invitación al nido tres veces siete; he de aprovecharla.
Y sí, ser biólogo es bueno, aunque envidio vuestra condición natural, ¡pero eso nos hermana un tanto más!