Como defensa ante cualquier crítica sobre las cualidades de la información que masivamente transmiten numerosos medios alrededor del mundo, bulle -y así ha sido durante varias décadas- un manido alegato:
Se suele acompañar el discurso con lugares comunes alusivos al don de mando que cada persona tiene sobre los instrumentos receptores para elegir la opción que le resulte placentera.
De todo esto se pueden derivar dos consecuencias:
"Quien no guste de los materiales que se difunden a gran escala debe omitirlos; nadie está obligado a su consumo"
Se suele acompañar el discurso con lugares comunes alusivos al don de mando que cada persona tiene sobre los instrumentos receptores para elegir la opción que le resulte placentera.
De todo esto se pueden derivar dos consecuencias:
- Se promueve la idea de que el confort es el mejor -y acaso único- propósito de los medios, puesto que no se intenta respaldar contenidos que pudieran no entretener.
- La discusión es inhibida al desdeñar la crítica hacia lo estéril o nocivo, fomentando más bien un individualismo conformista tendiente sólo a la gratificación personal y negador de lo demás.
Quizá valga descollar la insultante última parte del comentario citado: "tanto el malestar intelectual como las iniciativas de discusión se curan aprendiendo los rudimentos operativos de la tecnología que viene en el idioma del futuro"
La gente tiene que entender que la televisión es un aparato que tienes en tu casa y que puedes prender y apagar a la hora que quieras.
Es terrible ver a la señora, -llego a imaginar a una señora de más de 70 años- que esté viendo un programa y que se esté queje y queje: "no puede ser las porquerías que... mira nada más lo que ponen", y se lo avienta completito y luego va y hace un resumen en un programa de radio, o hace una carta y la manda a Televisa quejándose de que cómo es posible que hagan...
Es muy fácil: le apagan ahí donde dice ON/OFF y se acabó; el poder del control remoto...
Comentarios
Y lo dije con sinceridad allá; admiro al pueblo hermano que dignifica esa tierra, la mayor de las antillas.